Querido diario,
No soy buena, como también decía Amy Winehouse. No lo soy.
Pero ¿A quien le importa? Prefiero sufrir por despedidas frecuentes que por una estadía llena de tedio, llena de insignificante vida marital frente al frenesí de un amorío.
Yo nací coqueteando. Con el niño del kinder garden, con el compañero de danza en la primaria, con el maestro en la secundaria, con el director en la preparatoria, con políticos en la universidad. Yo nací con ese don y con ese mismo me voy a morir.
Yo no nací para hacer feliz a un hombre, yo estoy aquí para hacerles creer a muchos que son felices. Aunque no lo sean en realidad. Será nuestro pequeño secreto.
Hace poco me encontré en repetidas ocasiones a un abogado en los tribunales de lo contencioso. Fue extraño pero inevitablemente le envié una de esas miradas lacivas que tengo guardadas siempre en mi bolsa. Y él, también inevitablemente me invitó a salir.
El viernes pasado fuimos a cenar y a ver una película a la cual no puse atención, nos la pasamos besándonos efusivamente y me llevó a su departamento en la anzures. La música suavecita de The Cure adornó esa noche desenfrenada. Hundí mis uñas en su espalda como hace mucho no lo hacía... Nos fuimos al jacuzzi. También nos deseamos ahí, en un mar de espuma lleno de caricias. Que delicia. Me quedé a dormir con él e hice presente el sueño de las mujeres como yo: Irse en la mañana dejando una nota con lápiz labial en el espejo de su recámara.
Me ha llamado tres veces desde entonces. Querido Diario pero es que la tensión sexual ya se consumió ¿Ahora que queda? Nada más esperar a que vuelva... O salir más a tribunales.
...
hand in my mouth
A life spills into the flowers
We all look so perfect
As we all fall down
In an electric glare
The old man cracks with age
She found his last picture
In the ashes of the fire
An image of the queen
Echoes round the sweating bed
Sour yellow sounds inside my head
In books
And films
And in life
And in heaven
The sound of slaughter
As your body turns
...
But it's too late