Feliz cumpleaños, a mi.

Yo hoy cumplo 30 años. En un feo día nublado como hoy pero de hace 30 años, mi madre murió intentando dar a luz.




Mi padre se hizo cargo de mi desde ese momento. Se volvió a casar y a tener hijos. Respeto mucho su decisión, pero lo que más respeto es que tuviera el coraje para tratarme diferente a toda su familia.




Mi padre conoció a mi madre en una feria. Ella tenía 16 y mi padre 24. Tuvieron una relación fugaz y me padre se escapó una madrugada junto a mi madre, entregados al destino, que como era de esperarse los abofeteó en reiteradas ocasiones.




Pues bien, mi papá abogado de profesión pero campesino de corazón, decidió venderlo todo en Jalisco y llegar con mi madre embarazada, al Distrito Federal.




Mi madre siempre fue una pueblerina bonita. Tenía 22 años cuando quedó embarazada de mí y hasta ahí llegó su vida. No me siento triste por eso, creo que fue de aquellas mujeres que siempre buscó ser feliz pero dicha felicidad tenía que estar sometida a la presencia de una figura masculina. Que bodrio.




Mi papá, a los 30 años comenzó de socio con un despacho de poca monta en el DF con todo aquello que había obtenido de sus tierras Jaliciences. Vendió todo menos cinco hectáreas a las que de vez en cuando regresa para sentarse en el pórtico de su casita, en una mecedora, a pensar en mi madre.




Le fue bien y comenzó a comprar departamentos en Polanco a un precio ridículo que después le traería la mayor parte de su fortuna que, si bien es cierto no se compara con la de un judío cualquiera, lo cierto es que le alcanza para vivir una vida despreocupada.




Tengo dos medios hermanos: Loisa y Justino. Loisa tiene 23 años y Justino 18. Para ellos soy una "prima" aunque todos sabemos que soy su media hermana, su madre se ha empeñado en ocultarme a toda costa, cosa que me tiene tremendamente sin cuidado.




Mi padre comenzó a educarme y cada vez que caía, resbalaba y lloraba, me jalaba del brazo y me zuzurraban: Dolores, no tiene sentido que llores, lo que te pasó no va a cambiar, límpiate esas lágrimas ahora mismo.




Me hizo lo que soy: Una hija de la chingada.




Siempre me ha dicho que prefiere que sea así a que sea una niña de papi, que agradece que pueda sobrellevar mi vida sola sin necesidad de tenerlo como soporte. Me hizo de acero, cosa que le agradezco y le reconozco. Me enseñó trucos masculinos y a no intimidarme frente a un hombre, me hizo ser todo un personaje.




Cuando cumplí 15 años, me recordó algo que me ha durado toda la vida sonando como eco vacilador: "Tu cumples años igual que la gran Marilyn Monroe, busca su vida y adopta las enseñanzas que te tenga preparadas".



Feliz cumpleaños Marilyn.
Aquí les dejo una historia que hallé en otro blog hace mucho tiempo, que es de mis favoritas.





Feliz cumpleaños, Dolores.

-Verdades del medio tiempo-

Querido Diario, tu bien sabes que no debería estar aquí contándote lo que acaba de suceder, pero también sabes que soy una chismosa de primera y que ante la menor provocación voy a venir a contártelo todo.

Estaba yo muy feliz en Moliere (¿Dónde si no?) cuando de pronto, veo llegar directo hacia mi al niño abogado. Suspiré feliz tratando de guardar en mi disco duro la sensación tan dulce y deliciosa de ese momento. Aguardé su llegada y en eso, que entra a la tienda y que se para frente a mi y sólo sucedió, no me preguntes porqué... Nos besamos.

Así, sin palabras, sin explicaciones, sin nada. Nada más por el puro gusto de hacerlo. Extrañaba sus besos y ese olor que de él sólo emana. Me tomó por la cintura y me dejé llevar, hasta donde pude llegar.

Cuando terminó el beso comenzamos a hablar.

Que si el mundial, que si el día, que sí el calor. Pendejadas.

Le conté del trabajo, me contó del suyo. Suspiramos y él se fue, en dirección contraria a la ruta que tomé de regreso al trabajo. Fue todo.

Y yo, volví a sonreír.

Lo odio, querido diario, como no tienes una idea. Pero no puedo evitar, que me guste tanto. Que me encante que aparezca así como así de la nada, justo cuando más lo necesito, que no me pida explicaciones, que vivamos en vidas paralelas, que siempre sea así, que sepa que decirme, como decirme...

Que tope su frente a la mía y me diga: ¡Respira!

Ok, la verdad es que, soy una pendeja.

Una muñeca de aparador

La verdad querido diario, no soy celosa.
¡En verdad! Sé que todas las mujeres que conoces dicen lo mismo y ante la primera apariencia de engaño sacan afilados sus tacones, dispuestas a matar. A mi no me importa. Que compare, a ver si muy buena su muñeca.

Porque todas las amantes son muñecas. Y no las puedo criticar porque yo he sido una de esas por mucho tiempo, es más, me gusta serlo. Las muñecas viven en un mundo falso, en una casita de cristal hermosa, pero que no existe. Disfrutan de un amor que no es el real, eso es lo que nos diferencía de las novias, de las esposas.

Ellas tienen que vivir una realidad babosa y resbalosa: Enfermedades, pobreza, enojos, desdenes. Todo. Nosotras las amantes, no, sólo nos toca el hombre de buenas, dispuesto a pasar una buena tarde, sin peleas, sin corajes, sin momentos incómodos. Cuando nos ven, estamos dispuestas a dar, porque puede que sea la última vez y esa sensación de "Aprovechame ahora" marca la diferencia.

Pues bien mi querido Diario, lo cierto es que descubrí que mi novio me engaña. Tiene una muñeca.
Ella es linda pero ingenua, tiene 23 años y parece de 17. Juega con fuego y temo decirle que al que se ha metido tiene amplias posibilidades de perder. Es egresada de la facultad de Ciencias, de la UNAM, es una de esas alborota hormonas que les gustan a los hombres trajeados: La que siempre esta en contra de todo y a favor de la naturaleza. De esas idealistas que creen que el mundo va a arreglarse con 10000 firmas.

Sí, yo la investigué. No me da pena decir que a la muñeca de aparador no sólo le llevo algunos años, también varias experiencias...

Así que topé de frente a mi novio y le dije:

"No te voy a preguntar, porque ya lo sé: Te ves con otra.
Espero que te hayas divertido fingiendo que aún me quieres, pero ya acabó, los
dos perdemos.

Tu niña de 23 años ha de estar ansiosa porque le cuentes que tu
novia de casi 30 se acaba de dar cuenta que lo nuestro, era puro cuento.

Sé feliz... Si puedes."