Hablando de lo que era y ya no es

No te canses de explicar lo que está perdido.
Ya es suficiente de estarle buscando un final a una historia que tal vez ni siquiera existió, sí, ahora dudo que hayas existido o que de tus palabras alguna vez hubiera sido receptora.

Platico contigo y pongo en tela de juicio que tú seas el mismo hombre que cautivó mis sentidos. Te veo lento, un poco idiota, incrédulo, hasta feo.

Antes, tú no eras así. O tal vez no eras ese que fingiste ser. Qué lástima, él me caía muy bien. Puedo asegurarte que hasta me tenía enamorada. Y ahora lo único que encuentro es ese arremedo de hombre. Tiene la fachada pero no la inteligencia.

¿Qué pasó? ¿Acaso la máscara pesaba mucho? ¿Sólo pudiste fingir por un año?

Siendo así creo que me desmarqué a tiempo. Siendo así me llevo lo que eran las memorias para convertirlas en ilusiones que contaré no lejos de este blog.

Temo pensar que fue todo. La historia me tenía atrapada y ahora sólo con mis salidas esporádicas vuelvo a lo que antes era, me vuelvo a pintar las uñas de rojo y a usar zapatillas de tacón de aguja.

Qué pena.

Pero aquí entre nos, no te preocupes. Esto nunca pasó.
Remember me, special needs.

Vacaciones

Me doy risa, querido diario.
De verdad nunca creí este nivel mío enfermo de hacer trabajar a todos los de mi área en esta mal llamada "Semana Santa". Excepto a aquellos que me comprobaron con comentarios u otra manifestación expresa que eran católicos. Los cristianos no porque ellos, según lo que investigué, no creen que Jesús haya sido aquél al que llamaron salvador. Entonces venimos a trabajar con una agenda llena. Excepto dos personas que festejarían desde el domingo de ramos hasta el domingo de resurrección.


Me doy risa, querido diario, no sólo porque me rehuso a pensar que la mayoría de la población es católica y que merece descansar en respeto de sus creencias religiosas. O fanatismo religioso. Me niego a pensar que por la minoría más grande de las religiones, el país se detenga.


Quizá lo que estoy diciendo me será tomado con diversas represalias pero ¿Porqué aquel niño que no saluda a la bandera porque "su religión no se lo permite" tiene derecho a descansar porque su compañero profesa otra religión que le exige hacer por una semana diversos rituales religiosos?


¿Porqué los judíos gozan de la Navidad?


¿Porqué no hay transporte público los 12 de diciembre?


¿Porque la virgen morena es la madre de Dios? ¿No la virgen era judía?


¡¿Porqué nos están mintiendo?!


Lo cierto es que estoy de malas porque todo el mundo se queja de la inseguridad pero todos se largan a Acapulco a empuercar la playa valiéndole la inseguridad de la que hablan allá en ese municipio de Guerrero y más aún, dejando sus casas solas. Para luego mendingar dinero al monte de piedad.


Nos quejamos siempre, de lo que hacemos siempre.


Así que les dije a todos aquellos que vinieron: Laméntense de no ir a la Iglesia todos los Domingos, ese ritual tiene un beneficio del que no tienen porque gozar ustedes.
Y no. Me rehúso a agradecer que se suspendan los plazos de jueves y viernes para juzgados. Cómo si a Jesucristo le hubiera gustado que todos se detuvieran a admirar su propia muerte.

Así,

A una se le da por desaparecer.

Para después volver y pretender que nada de lo que pasó en ausencia es del todo verdad.

Al fin y al cabo siempre es mentira la verdad.

Si no te he llamado...

En estos días, querido diario, poco falta para que la aberración acabe conmigo. Y es que eso de "portarme bien" sólo me sale cuando no hay nada (o más bien "nadie") a la vista. Entonces echo vista al pasado y me encuentro con una lista larga de amigos que estarían dispuestos a llevarse varios besos regalados con una cena en polanco. Entonces me topé con Alejandro y la luz me volvió al rostro. Sinceramente ya no me acuerdo porqué dejamos de vernos. Lo único que viene a mi mente es una canción noventera de Pulp cada vez que a mi mente llega su esbelta figura. Pero nada más. Llegó diciendome: Si no te he hablado es porque tengo miedo de que te des media vuelta frente a mi. No lo tomes a mal, me gusta tu espalda, pero prefiero el frente que puede hablar al detrás que calla. No lo tomes personal, Alejandro, es sólo que mi espalda sabe hacer mucho mejor algo que mi frente no: Sabe callar. Porque yo, queridos (Alejandro y mi querido Diario), yo hablo mucho.