No te canses de explicar lo que está perdido.
Ya es suficiente de estarle buscando un final a una historia que tal vez ni siquiera existió, sí, ahora dudo que hayas existido o que de tus palabras alguna vez hubiera sido receptora.
Platico contigo y pongo en tela de juicio que tú seas el mismo hombre que cautivó mis sentidos. Te veo lento, un poco idiota, incrédulo, hasta feo.
Antes, tú no eras así. O tal vez no eras ese que fingiste ser. Qué lástima, él me caía muy bien. Puedo asegurarte que hasta me tenía enamorada. Y ahora lo único que encuentro es ese arremedo de hombre. Tiene la fachada pero no la inteligencia.
¿Qué pasó? ¿Acaso la máscara pesaba mucho? ¿Sólo pudiste fingir por un año?
Siendo así creo que me desmarqué a tiempo. Siendo así me llevo lo que eran las memorias para convertirlas en ilusiones que contaré no lejos de este blog.
Temo pensar que fue todo. La historia me tenía atrapada y ahora sólo con mis salidas esporádicas vuelvo a lo que antes era, me vuelvo a pintar las uñas de rojo y a usar zapatillas de tacón de aguja.
Qué pena.
Pero aquí entre nos, no te preocupes. Esto nunca pasó.
Remember me, special needs.
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