Desármame. Es lo único que pido para este nuevo año que comienza a partir de que nos damos cuenta de que hoy es el último día de un año que nos hizo crecer juntos y darnos cuenta que podemos vivir perfectamente el uno sin el otro.

You are my sunshine

Te prohibí que me sacaras una fotografía y aún así, lo hiciste.
Tenía 28 años y un hoyo en el corazón. Algo de lo que pocos presumen. Yo sí lo hice (presumirlo) porque supongo que es lo que logró que tu no te impactaras contra mi y pasaras de largo.
En la foto, levantaba una ceja y mantenía el martini con la mano izquierda. Se alcanzaba a ver el anillo de compromiso que yo misma me había comprado con los efectos que esperaba: Nadie decía que era una solterona, por el contrario, me preguntaban sobre la increíble historia de amor que había detrás de ese pedazo de metal con una diminuta pero brillante piedra.
Yo sonreía y giraba el cuello en símbolo de victoria. Una victoria inventada.
La foto.
Perdón, me perdí.
Solía pasarme que me enamoraba de gente parecida a ti. Solía pasarte que te enamoraras de gente parecida a mi. Por lo tanto era, hasta cierto punto lógico, que tuvimos que acostarnos para dejar de huir.
Pero huíamos por una razón que ambos conocíamos. Y caímos por pinches calientes.

Siempre te voy a amar, pero en secreto. Porque si lo hacemos público, entonces sí, el amor se va a acabar.

 

Mejor vete con tu novia, con tu amante, con tu esposa, con tu compañera, con tu mejor amiga, con todas ellas, porque yo, simplemente, si te encuentro en la calle, fingiré que nunca, nunca te conocí.