- Vámonos una semana.
- ¿A dónde?
- Tu elije el lugar, yo pongo los boletos de avión y el hospedaje.
- Tengo ganas de esquiar. Algo de nieve.
- ¿Una semana?
- ¿Porqué no?
- ¿No se enoja tu novio?
- No tengo.
- ¡Genial! Vamos a San Carlos, Bariloche.
- Me parece bien.
- ¿Febrero?
- No puedo ese mes.
- Claro, es el del amor ¿Verdad?
- Si.
- Marzo, tu dime que fin de semana.
- No puedo en marzo ¿No se puede en abril?
- Tengo que ir a Egipto en Abril ¿Que tal mayo?
- Es cumpleaños de mi padre, tengo que ir a verlo, está sensible desde que su segunda esposa murió.
- ¿Bueno, que te parece si ya lo ajustamos a julio?
- Pero es que ese mes debo ir a ver a mis sobrinas a Moscú y estaré muy gastada, mejor agosto.
- Oye estaría increíble, es el mes de tu cumpleaños.
- No, mi cumpleaños es en octubre.
- Bueno ¿qué te parece octubre?
- ¿No sabes cuando es mi cumpleaños?
- No te enojes, no conozco muchas cosas de ti, por ejemplo, yo pensaba que tenías novio, qué mejor que no lo tengas, pero sé que has de tener amantes.
- Y obviamente no te puedo contar a ti.
- Seguramente no me cuentas.
- Después de esta platica, seguro que no. Mis amantes saben cuando es mi cumpleaños.
- ¿Noviembre?
- ¡Diciembre!
- Ok, ¿que te parece el próximo 13 de enero?
- No, es sábado y no acostumbro volar en fin de semana. Mejor 15 de enero.
- Es cumpleños de mi esposa.
...
Fin.
Siempre he creido que yo fui Marylin Monroe y que ahora me llamo Dolores por caprichos del triste destino.
Sorpresas del 2012
"Uno que vive con el alma herida no tiene derecho a quejarse de su miseria."
Pero el amor nunca es así de sencillo. Es más complicado que tomar tu maleta e ir cambiando de aeropuerto en aeropuerto consiguiendo ropa térmica. Es más que tomar tequila en una cabaña desconocida junto a un desconocido que resultó ser un amante más ardiente que cualquier mexicano que conociera. ¿Porqué? Porque bajo ese dicho machista de aquí: Los caballeros no tienen memoria" te olvidan en un instante, y mi canadiense jamás se olvidó de mi. Regla de oro.
Y aquí me tienen, ahorita mismo contestándole un mail que termina con: I miss you so bad.
Es muy cierto, pero me parece que nadie que haya vivido sin un corazón roto, por el tiempo que sea, no tiene la menor credibilidad al momento de contar historias o pasajes de amor.
La maravilla de vivir, como diría mi abuela, es simplemente esa, la de existir.
Bien querido diario, el motivo de mi ausencia es que me fui de vacaciones a Nuevo Laredo y luego tuve que ir a Ottawa por razones un poco más complicadas que las transacciones comerciales. Un canadiense al que conocí hace unos cuatro años en una playa nudista de Oaxaca me invitó a conocer la nieve.
Yo ya ni me acordaba de él hasta que platicando por Skype me enseñó la única foto que tengo topples con un extranjero. Bien pues fui y pasé un mes maravilloso digno de que algún director de películas románticas hiciera un cortometraje bien estructurado y ganar algún ariel.
Pero el amor nunca es así de sencillo. Es más complicado que tomar tu maleta e ir cambiando de aeropuerto en aeropuerto consiguiendo ropa térmica. Es más que tomar tequila en una cabaña desconocida junto a un desconocido que resultó ser un amante más ardiente que cualquier mexicano que conociera. ¿Porqué? Porque bajo ese dicho machista de aquí: Los caballeros no tienen memoria" te olvidan en un instante, y mi canadiense jamás se olvidó de mi. Regla de oro.
Y aquí me tienen, ahorita mismo contestándole un mail que termina con: I miss you so bad.
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