Cuando tenía 18 años, cometí el grave error de enamorarme.
No fue nada del otro mundo realmente, sin embargo como era de esperarse de una relación pendeja a esa edad, fracasamos y yo creí que ese sería el fin del universo.
Efectivamente, el universo no se terminó.
Entonces, un día desayunando mis fruty loopis (que si existieron alguna vez y que muy seguramente algunos de ustedes no lo habrán oído jamás en sus cortas existencias) caí en cuenta de que jamás de los jamases volvería a sentir eso mismo. Es decir, el amor había tocado a la puerta y valió madres. Entonces ¿Qué creen que pensé? Que era obvio que los demás que llegaran serían sólo para olvidar.
Y sí.
Pero han pasado casi once años sin que me de amnesia ¿Saben?
Además, esta es la razón más estupida que tengo, para no amar.
2 comentarios:
A mi me pasó lo mismo. No se acabó el universo, pero nunca ha vuelto a verse tan bonito tampoco.
En fin, creo que tendremos que hacer algo al respecto ¿Una revolución?
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