Y tuve ganas


Él estaba sentado del otro lado del bar en la mesa en la que antes él y yo nos sentábamos.
Yo miraba de reojo de vez en cuando, pero lo cierto es que jamás estuve más enojada conmigo, por espiarlo, fingiendo que no me importaba.

Él la besaba en los labios y yo apretaba mi trago: Un martini seco, como yo.

Tuve ganas de gritarle lo pendejo que era, por olvidar que en el pasado, él era quien se comía la aceituna de mi martini, y no la piña con cereza de su estúpida bebida de esa acompañante falsa con la que iba. Tuve ganas de decirle que yo era la mujer que buscaba y me dejó ir por sus estúpidos celos, me dejo escapar entre sus manos y yo muy obediente me fui con el primero que pasó a mi lado.

No hacía nada, ni escuchar la crónica mortífera de una de mis mejores amigas, tampoco bebía, mis labios a penas si tocaban el líquido embriagador.

Pero me levanté al baño y tu me seguiste con la mirada.
Te eché el lazo y no mordiste el anzuelo, a cambio le tocaste la pierna por debajo del mantel ¡Te ví! ¡Cobarde! No eres capaz de hacerlo si no te ve alguien, claro tienes que demostrar que eres hombre... A alguien, y quien mejor que yo.

De regreso, me invadió la curiosidad pero al salir, ya no estaban sentados, entró el pánico a mi sistema nervioso, algo que jamás había sentido tan profundamente. De pronto choqué de espalda ¡Con ella!

- Perdón, dije casi instantáneamente.
- ¿Lola? ¿Eres tu? Hola, soy Rubí.
- ¿Así?

Stop.
Ella sabía quien era yo y me sentí importante, pero su falda era tan corta que sentí que debía terminar esa conversación.

Él llegó.
¡Lola! Gritó en el acto en que se acercaba.

Quise huir, pero era demasiado tarde, ser cobarde jamás será una etapa que deje al descubierto ante la caza constante en mi vida.

- Hola, ya se presentó tu......(divagué) ....tu....¿chica?
Ella me miró impresionada, de arriba a bajo, yo continué con un: O....¿No es tu novia?

Él tomó a su ¿chica? y salió del lugar.
Yo me quedé de pie observando su huida, finalmente enchuecando la cadera, como tanto le gustaba.

En el lumbral de la puerta, se detuvo y me hizo una seña obsena...
Misma que yo contesté con una sonrisa de carmín.

Había terminado pero tuve ganas de que se quedaran un rato más, hubiera sido divertido y este post hubiera sido más largo.

2 comentarios:

Marlenne Magallanes dijo...

En definitiva, los martinis son peligrosos...|

Lolita dijo...

Uf no sabes de que manera, pero son riquisimos...