Yo soy una buena amante.

Y no es fácil, querido diario, tu sabes mejor que nadie que tengo un largo historial de aprendizajes al respecto, pero puedo decir con la boca atascada de verdad, que lo he logrado.



Ya no me emociono ni creo en el amor, punto favorable para no dejarme enganchar ni con aquel que estoy esperando ni con aquel que alguna vez estuvo, ni con el que vendrá. Por qué siempre vienen nuevos. Siempre.



Quizá me encapriche con alguno, pero tengo la facilidad para demostrarme a mí misma que no es el príncipe azul por el que he estado esperando, ni mucho menos. Me dura un rato, ya después se me olvida...



...O no, pero sé que las segundas partes, son revancha, nada más.



Gozo al momento, como en los orgasmos, a lo que hay minutos después se le llama convivencia, les guste o no. El sexo sólo dura unos segundos, lo demás es mero trámite.



No exijo, si me cancelan, no me lo tomo apecho, si me cambian por otra, es historia bien conocida, no tengo porque mentir... Ni querer más.

Acepto lo que me den. Eso sí, acepto de muchos, por lo que casi nunca estoy en espera de algo. Siempre hay, siempre existe.



La gente desea ser amada.

Yo sólo deseo que se crean que son amados conmigo, con la única finalidad de que regresen.



Finjo con facilidad. Si quieres una novia mojigata, sé actuar. Tanto que ese mismo día podría ver al hombre con el que tuve una tarde de sexo magnífica, con su novia y fingir demencia. Así soy yo: Actriz casi profesional.



Nunca llamo, no hace falta. Ellos me buscan.



Soy una buena amante. Mientras el corazón siga frío, calmado y ubicado. No hay nada que temer.



Y ¿Te confieso algo querido diario? Pese a mi vaga experiencia con hombres, no he conocido ni uno, que valga la pena.



Ni uno.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Qué son los parámetros sino metas que la multitud guarda en vitrinas?

¿Bueno? ¿malo?

El efedebe siempre tiene para esas categorías algo más que una buena frase que valga la pena... y para no quedarte mal, hoy no la escribirá (aunque parece que ya lo ha hecho).

Vain¡lla dijo...

Ni uno sólo, estoy completamente de acuerdo.

Anónimo dijo...

La realidad es un espejo, si no has encontrado a ningún hombre que valga la pena es porque TU como mujer no vales la pena, repito: la realidad es tu espejo.

Lolita dijo...

Este nuevo anonimo me ha alegrado mucho el día. Digamos que esos comentarios unicamente podrán venir de gente ordinaria que sólo vive en primer plano y jamás llegará a ser extraordinaria. Que pena.

Desconocida dijo...

Quisiera tener el poder que tienes tu para no engancharte en algo que no es tuyo.
Yo vivo el momento, pero siempre me quema mas el recuerdo, y recuerdo y de ahi no puedo salir.

Chido tu blog me gusto.. Pasare mas seguido por aqui.

La alucinogena dijo...

Mmm... creo que comprendo tu problema... hay muchas que creen que no sirven para nada. Yo sin embargo sigo teniendo fe, porque tb hay que comprender que la mentalidad de ellos es muy diferente. T dejo algo que quizá t pueda gustar: EL SÍNDROME DEL PALOMO MOLESTÓN: Es muy fácil encontrar disturbios con este tipo de maleantes. Suelen comportarse de manera muy similar a los palomos alzados, que dan vueltas rodeando a "esa" hembra con una actitud picotera y apresante. Las mayoría de las palomas suelen huir despavoridas, mientras algunas aceptan gentilmente el cortejo. Pero el palomo luego de copular sigue su camino en busca de otra linda presa para atrapar. Es importante la captura. Pero al igual que los seres humanos, una vez alcanzado el deseo, este desaparece, entonces; hay que reinventar otro objeto/sujeto para capturar. La mujer desea menos que el hombre, será por ello que no tiene la capacidad, generalmente de arriesgar una relación por el simple impulso de andar pescando presas al azar.