Me parece súmamente ridículo que los hombres crean tener una mente vacía para las escenas de pasión. O más bien lo tengan tan lleno que no puedan "limpiarse" literalmente y comenzar desde cero. Pero querido diario, así son las cosas.
He pensado mucho en estos días, de ahí mi ausencia. No es que no quiera escribir de lo insanamente dolida que me encuentro. No. Más bien, me parece que me he desgastado tanto en las letras que ya es poco lo que me queda para venir a verterlo contigo. Porque lo cierto es que una persona racional siempre debe de buscar y encontrar las palabras correctas. Para eso existen y pululan en nuestro vocabulario.
Pues bien, lo cierto es que a falta de gramática, se ha venido el silencio.
Estando aquí en la oficina, todavía pero ya a punto de irme a casa, me doy cuenta, querido diario, de lo mucho que he aprendido en los últimos días, por ejemplo, me percaté de que sí existen hombres que mienten como las mujeres y que incluso hacen dramas como ellas.
"Las mujeres".
Ya sé, querido diario, puedo ser a veces una persona con falta de criterio y de tacto, pero lo cierto es que el género tiene que evolucionar y yo ya me considero una de esas féminas que rompió con cualquier clase de estero tipos y se encuentra en otro grado de aceptación, no sólo de sí misma, si no de los estándares de vida que han inculcado las feministas a lo largo de estos últimos años.
Pero más bien, estoy cierta en afirmar que el movimiento ha sido mal entendido y que en realidad somos muy pocas las mujeres que logramos adelantar un paso. Porque no es nada fácil, querido diario, a muchas de nosotras se nos da sencillamente no movernos de nuestra zona de confort.
Todos deberían, como dicen algunos libros de auto ayuda, salirse por algunos momentos de su zona segura para entonces: "hacer que las cosas sucedan". Yo no creo en esa patraña. Las zonas seguras pueden agrandarse, ensancharse, convertirse en algo completamente distinto. Pero lo que no se vale es ponerse en peligro.
Si, en efecto querido diario, como sabes no soy romántica, soy realista y es por ello que no me atrevería a vivir un tórrido romance si la que está en peligro soy yo, o mi corazón, o mi cuerpo, o mi integridad, o yo, Dolores como persona.
Si eso pasa. La historia de amor tendrá que esperar.
Prefiero dejar de escribir un mes sobre alguna aventura que perderme por ella.