Una tarde después del partido

Salí decepcionada del trabajo, ser litigante puede ser un trabajo demasiado complicado, a veces.

Las calles estaban llenas de gente, gritos, banderas... México, México, México, gritaban. Caí en cuenta, había terminado el partido de la selección. Deduje que habíamos ganado y como Hansel y Gretel que se enlelan con la casa de dulces, seguí a la multitud y entre gritos y jalones a dos gringuillos que no son raros encontrar en polanco, encontré a un actuario de un juzgado fiscal federal.

Hasta en los juzgados hay razas, diría mi jefe.

Me invitó a comer el día de hoy y acepté. No porque estuviera guapo (que sí lo es, medianamente pero sí) no porque tuviera dinero (que sí pero me hago la loca diciendo que eso no me interesa, aunque si) no porque.......estuviera casado....... Más bien porque tengo un amparo ahí en su juzgado y si lo gano me embolso 25000.

Recién regreso.
No me fue mal.
Pero me tomó de la mano y...
...esta vez no resultó nada oportuno.

Me rehúso a andar con un casado (aunque sé muy bien que eso se encuentra carente en mi escala de valores morales, que ni tengo).

En fin.

4 comentarios:

Yo merengues dijo...

traen mas problemas que los solteros...y aunque se rifen bien cabron...no es nada practico...

Pät dijo...

pero lo bailado...

Vain¡lla dijo...

Los casados suelen ser demasiada complicación, no?

Lolita dijo...

Ustedes tres: Yessy, Pat y Andrea me hicieron pensar mucho. Más de lo que creen.