Siempre he creido que yo fui Marylin Monroe y que ahora me llamo Dolores por caprichos del triste destino.
Dilema.
Colección
La mayoría de los coleccionadores pasan gran parte de su tiempo, buscando, recortando, comprando, comparando, cambiando; lo que coleccionan.
Yo colecciono cartas. Después fueron post-its. Luego y finalmente, correos electrónicos.
Veras, querido diario, para que un hombre reste a su hombría un 20% para dedicarle 5 o 10 minutos en escribir un mail lleno de miel o de mentiras o de cursilerías, merece ser reconocido.
En mi correo electrónico guardo carpetas por años. Antes lo hacía por amantes pero ya era demasiado complicado volver a leerlos, volver a mofarse. Así que me fui por la temporalidad.
El año que más recabó cartas fue el 2008. Algo pasó en ese año que todo mundo pensó que sería divertido darse a la búsqueda de su alma gemela. Yo tenía muchas ofertas para ser alma gemela de muchos.
En ese sentido, entonces, ayer estaba leyendo el 2010. Los hombres se han vuelto más rosas, diría yo. Piensan que nadie los oye, nadie los escucha, y entonces pueden, con toda seguridad, lo que nunca pensaste que te dirían a la cara.
En un principio Dios hizo la luz para vencer a la oscuridad
Sé, por ejemplo, que Raphael va a cansarme. Los hombres tienen ese don, el de hartar. Sé que esa, precisamente, es una de las razones por las que nunca voy a casarme, el hombre perfecto no existe. Por eso hay que construírselo de muchos otros. Como un frankenstein.
Salí ayer con un abogado. Otro. Necesito ampliar mis posibilidades. Tal vez un biólogo o un químico.
En la cena él pidió vino rosado y no pude más que pensar: Qué puto. Me reí y él preguntó la razón. Yo sólo lo miré y mentí como suelo hacerlo con todo aquel que me pregunta "¿Qué te pasa?".
- Nada, contesté, lo que pasa es que siempre había soñado con esta noche y no creí que fuera así de perfecta.
Él se quedó contento y yo, con un poco más de tiempo para burlarme de sus mancuernillas que parecían de un hombre que no conoce el clítoris de una mujer.
¿Porqué en este mundo no nos dejamos de todas esas pendejadas y hablamos con la verdad? ¿Quién inventó las reglas de etiqueta en las relaciones? No sé. Pero quien lo hizo, es un puto.
Y por puto entiéndase por cobarde. No me mal interpreten sociedad juzgadora.
Dios debió de crear primero a la mujer. Se hubiera ahorrado muchos disgustos.
Ah, por cierto. Hoy es mi cumpleaños.