La mayoría de los coleccionadores pasan gran parte de su tiempo, buscando, recortando, comprando, comparando, cambiando; lo que coleccionan.
Yo colecciono cartas. Después fueron post-its. Luego y finalmente, correos electrónicos.
Veras, querido diario, para que un hombre reste a su hombría un 20% para dedicarle 5 o 10 minutos en escribir un mail lleno de miel o de mentiras o de cursilerías, merece ser reconocido.
En mi correo electrónico guardo carpetas por años. Antes lo hacía por amantes pero ya era demasiado complicado volver a leerlos, volver a mofarse. Así que me fui por la temporalidad.
El año que más recabó cartas fue el 2008. Algo pasó en ese año que todo mundo pensó que sería divertido darse a la búsqueda de su alma gemela. Yo tenía muchas ofertas para ser alma gemela de muchos.
En ese sentido, entonces, ayer estaba leyendo el 2010. Los hombres se han vuelto más rosas, diría yo. Piensan que nadie los oye, nadie los escucha, y entonces pueden, con toda seguridad, lo que nunca pensaste que te dirían a la cara.
1 comentario:
H O N O R A Q U I E N H O N O R M E R E C E
No diré nada más colega, me encantó el post.
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