Dilema.

Querido diario, sé que te he abandonado mucho y que las letras ya no fluyen tanto como antes porque en aquellos tiempos disfrutaba mostrarme como una mujer capaz de tener a cualquier hombre. Y lo hacía, tu eres testigo de todas mis andanzas, sólo que ahora, querido diario, las cosas han cambiado.


Al parecer, el despacho es mantenido por el 90% de mis casos ganados cuestión que está mermando mi entrada económica y proporcionando una profunda depresión. El dueño del despacho convocó una junta en la que era la única mujer, dentro de un círculo de 5 hombres. Es complicado para una mujer poder mantenerse en un ambiente machista al que le es complicado aceptar que una mujer les está ganando.


Entonces, querido diario, existe una propuesta para convertirme en socia mayoritaria del despacho, lo cual me haría prácticamente la dueña. Para eso, necesito ganar 5 casos pendientes y por supuesto, ganarme el voto de dos de los cinco hombres que integran la junta directiva.


No es que me importe mucho. Bueno no, sí me importa mucho llegar a ser socia de un despacho y ahí está entonces la razón de mi ausencia.


Aunque no debo omitir la parte importante y crucial en todo este tema, querido diario, y este es que prácticamente me he convertido en una caza talentos.


Derivado del hecho de que tengo que ganar 5 casos y no puedo sola, me di a la tarea de contratar a otro asistente. Hombre, por supuesto.


Entonces encontré uno, muy feito, pero muy capaz. El otro, muy guapito y no tan capaz; por lo que decidí ponerlos a trabajar juntos... Y también comencé a hacer un score entre los dos para saber quién me ofrece más satisfacciones.


Pronto te haré saber, querido diario, el marcador final del primer juego...

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