Ahora sí me gusta la ópera.

Una de las cosas más hermosas de mis vacaciones fue por primera vez ver el mar en playa del carmen.

Realmente no hay tantos chicos guapos y no pude poner en práctica alguna de mis tácticas femeninas... Hasta que ingresé al hotel.

Resulta que en el restaurante del hotel, habría una gala de ópera y los músicos junto con los cantantes estaban llegando también. Y entonces mientras acomodaba las maletas en el carrito del botones, una voz interesante me llamó:

- Disculpe señorita ¿Esta valija le pertenece?

Llámenme incrédula pero hacía mucho tiempo que alguien no se dirigía a mi persona con un español tan correcto y cortés.

- Sí, gentil caballero, me pertenece, le agradezco la atención de su parte. - Contesté y él me sonrió.

Realmente era galante, pero no a grados exorbitantes, de pronto al acompañar al botones junto con mis dos amigas rumbo a la habitación, me tomó del brazo de manera muy suave y me dijo en un tono sumamente varonil:

- Esta noche, señorita, habrá una gala de ópera en donde tendré el honor de interpretarles unas cuantas piezas y sería aún mayor la distinción si pudiera estar entre el público conocedor ¿Cree que sea posible contar con su asistencia?

- Por supuesto, lo tenía contemplado desde que arribé (mentira). Ahí estaré.

No llevaba como que ropa para la gala, pero improvisé un un vestido blanco divino que afortunadamente llevaba una de mis amigas y unas zapatillas que siempre me acompañaban. Ya entrada la noche, salí con un peinado alto y llegué al lugar.

No pasaron ni cinco minutos cuando yo ya tenía al tenor cerca de mi y me consiguió un lugar sumamente privilegiado. No es que me guste presumir ni que me guste la ópera tanto, pero realmente el corazón me latía muy fuerte al mirar al tenor vestido con su smoking, se veía increíblemente radiante, cuando me ofreció su brazo para llegar al lugar destinado para mi, sentí como si fuese princesa de un cuento y el príncipe más guapo de la corte estuviera conmigo.

Llegamos y nos interceptó una señora de edad avanzada quien le cuestionó a mi acompañante sobre mi persona a lo que él, con una delicada sonrisa, apoyando su mano en la mía soportada por su brazo, respondió: Esta bella señorita es mi invitada especial.

Hace muchos años que no me sonrojaba tímidamente.

La ópera fue conmovedora, es obvio decir que no entendí la gran mayoría, en italiano es complicado pizcar todo, pero la música era sin duda sensible y además el tenor giraba a verme en reiteradas ocasiones lo que me hacía entrar aún más en calor dentro del salón de fiestas improvisado para tal evento, mismo que duró sólo una hora y treinta minutos.

Terminó y me dirigí al bar a tomar un martini (ya saben, mi favorito) en realidad planeaba dejarlo así, las escenas vividas habían sido perfectas y no quería arruinarlas.

Pasó una hora entera, y se venían a bajo mis posibilidades de volver a ver al tenor.

Estaba ya en la salida cuando escuché un cántico... Era él.

Sonreí. - Nunca deja usted de cantar ¿verdad?- Le pregunté.

- No, es un placer hacerlo, sobre todo si hay un bello público.

Y salimos a la playa.

Me contó de lo que hacía, de su escuela, de sus obras, del Italiano, de Italia, de su confort en la vida, de todo lo que le gustaba y yo no tenía otra cosa más por sentir que paz.

Entrada la madrugada, me acompañó a mi habitación, donde por último me dio un beso en la boca tan largo y tan suave, que jamás olvidaré. Terminó con un beso en la mano y se fue.

Me extraña que no haya pasado nada más, pero si soy sincera, cuando escucho ópera en mi oficina, cierro los ojos y recuerdo el ruido del mar y su figura con smoking sin zapatos caminando a mi lado por la arena, dejando un surco de huellas en la playa.

6 comentarios:

Drayden dijo...

a la !!! eso si estuvo romantico!!!

Uvé dijo...

Por nada del mundo te creo que no haya pasado nada más

por nada

Marlenne Magallanes dijo...

Insisto, esa historia da para más ¿Porque no la re-estructuras un poquito?


Digo, yo opino...

Vain¡lla dijo...

Que linda historia!!! Me voy a juntar mas contigo a ver si se me pega algo caray...

Lolita dijo...

Drayden: Pues más que romántico, frustrante, una no está acostumbrada a los caballeros pero así fue.

Serpiente furiosa: Lo juro! Digo he tenido sin fines de aventuras pero esta no pasó a más.

Lenna: ¿Te la podría encargar?

Andrea: Tu dime rana y yo brinco

Yo merengues dijo...

Ahhhhhhhh!!!!

no se si haya pasado algo mas....pero lo cierto es que tu post tuvo el final perfecto.

hermoso relato!

abrazos!!!