Nada es para siempre

Tal como se venía venir, querido diario, como quizá yo también ya lo sabía (pero me negaba a aceptar) la historia del niño abogado culminó a partir de hoy.
Este será, entonces, un recordatorio para mi deseo de tenerlo cerca y mi desdén por otras opciones. Será una anotación mental escrita con pluma roja de que yo, decidí desmarcarme de su vida.
Él realmente no hizo nada para que nos separáramos. La verdad es que él quería seguir conmigo, viéndome, hablándome, sintiéndome pero cometió el error, querido diario, de decirme que cada vez que lo hacía, se sentía culpable. Culpable de engañar a su novia conmigo.

Y yo, yo no estoy para cargar culpas de nadie.
La idea es ser libre y si él piensa que con verme, siente un yugo que emana desde la muñeca de su novia, no tiene nada que hacer conmigo. Qué vaya y la busque a ella, que platique por horas con ella y que sea ella quien procure darle lo que yo le doy... Yo estoy fuera de circulación con él.
Y conste que no soy moralista "si tiene novia, es prohibido" para nada. Pero si él no se siente libre conmigo, no tengo porque esconderme, no tengo porque fingir, soy mucho más que eso. Y merezco mucho más que eso.
Es una pena, querido diario porque yo debí de haber sabido que alguien tan pequeño como él no entiende que el amor no debe ser un grillete.
Ya lo decían nuestros tíos (o padres) en los años 70's: Free love.

La historia pudo dar para tanto...
Pero éste es el final.

3 comentarios:

Marlenne Magallanes dijo...

Me rehúso a que esa historia termine. Así que a ver como le haces...

Yo merengues dijo...

Ja! culpas..... porque aunque les expliques, no entienden nunca?

Justo termine....2? jejeje

A lo que sigue!

Abrazos Lola!!!!!

ángel dijo...

¿será que la ley física, que sentencia que lo que sube tiene que bajar, se aplica a los afectos?